SANTO DOMINGO.- Debido a la alta incidencia de hechos delictivos que
registra el país, el aumento de la violencia, los feminicidios con su secuela
de niños huérfanos y familias destrozadas parecería indicar que valdría la pena
reeditar el Programa Eventual Mínimo de Empleo (PEME), iniciativa gubernamental
de carácter social que contribuiría a controlar el violento panorama que se
apodera de República Dominicana.
Creen que a pesar que dicho programa fue satanizado
por algunos, para muchos resultó un muro de contención, que quiérase o no,
mantuvo “a raya” la delincuencia, la violencia, los mal llamados intercambios
de disparos, los asaltos, la violencia intrafamiliar y una serie de
acontecimientos que hoy amenazan la paz de una sociedad que aspira a mayores
niveles de seguridad y apuesta a la convivencia pacífica.
Aseguran que la sociedad dominicana se estaría
encaminando a un estallido social de impredecibles consecuencias a consecuencia
de la desesperanza como, fruto de la deuda social acumulada que no encuentra
respuestas por parte de las autoridades.
Observan que si se mira en retrospectiva al primer
gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), en el periodo
1996-2000, época en que se puso en práctica el PEME, una reedición del mismo
marcaría la diferencia si se compara con la violenta situación que hoy se vive
el país.
La realidad
actual
Hoy la República Dominicana está promediando al año 95
mujeres muertas de manera violenta por sus parejas o ex parejas.
Tal ha sido el caso que el presidente del Senado, doctor
Reinaldo Pared Pérez consideró recientemente como “una emergencia nacional” el
aumento de los feminicidios en el país, por lo que llamó al Gobierno a poner su
atención en este flagelo.
Asimismo, según publicó este lunes el periodista Ney
Santana, en la página 2A del periódico La Información de Santiago, en la región
del Cibao la violencia deja unos 55 muertos en los primeros tres meses del
2018.
Mientras que la procuradora de Niños, Niñas y
Adolescentes, Marisol Tobal, da cuenta que en la actualidad hay 300 huérfanos
que están en casas de familias cuidadoras debido a que los padres de éstos
mataron a sus madres y luego se suicidaron.
En tanto que por la cifra de homicidios ocurridos de
enero a marzo de 2017, el Observatorio de Seguridad Ciudadana (OSC-RD) registró
que la tasa de asesinatos al final de ese año sería de 16 por cada 100 mil habitantes.
En contraste, la tasa era de 13.4, entre los años 1998
al 2000.
La clave
Todo apunta a que la clave estuvo en el Programa
Eventual Mínimo de Empleo (PEME) que puso en ejecución el dirigente político y
comunitario, Luis Ynchausti, miembro del Comité Central del PLD, quien cree que
éste podría ser reeditado “ya que los resultados están ahí”.
Ynchausti, al ser abordado por este diario detalló
desde su perspectiva, lo conveniente que sería para el país, y por qué no hasta
para el partido gobernante volver a aplicar dicha iniciativa.
“Si, se puede reeditar de nuevo este programa de
carácter social, y puede haber solución al asunto de la criminalidad, la
delincuencia y el asunto del feminicidio, que es producto de las condiciones
sociales y económica que vive una pareja”, responde.
Y, a seguidas agrega “por qué se puede reeditar el
PEME, porque el programa fue cumplido. Ese programa no tenía bandera política
de un partido, fue aplicado por el PLD, pero fue tomada en cuenta toda la
gente, aun hasta religiosos y profesionales, todos cobraban”.
Dice que cuando se organizó la estructura de la
aplicación del mismo se le estableció una ayuda económica dependiendo de las
condiciones sociales y económicas y hasta profesionales, ya que había muchos de
ellos que no estaban trabajando y recibían dos mil veinticinco pesos.
Alega que el programa corrigió la cantidad de
desocupados que creaban disturbios, así como la criminalidad, ¡Hasta los
carteristas brillaron por su ausencia mientras estuvo en vigencia ese esquema
de inclusión social!
“Recuerdo que
la primera instrucción que le di a los beneficiarios fue: Donde se tire una
piedra, se queme una goma, se asalte a algún ciudadano o se hiera a alguien por
razones de delincuencia, se cae el programa. Y como nadie quería perder su
ayuda, la misma comunidad se convirtió en promotora de la paz”, expone
Ynchausti.
En tal sentido observa “Aquí nadie se ha puesto a
evaluar que desde que empezó el programa la delincuencia desapareció, la quema
de goma dejó de existir, por qué, porque la gente estaba en una difícil
condición económica y se le resolvieron momentáneamente sus problemas; pero, y
ahora, las condiciones sociales y económicas están tres veces peores”.
Resalta que la iniciativa contemplaba además entrega
de alimentos; reparación de cientos de
casas a familias pobres de todo el país; mediante un voluntariado se
organizaron todas las labores para el retiro de los escombros luego del paso por el país del huracán
Georges y se empleó a miles de ciudadanos para labores de limpieza.
Explica que en ese programa se gastaron más de
RD$1,500 millones en cuatro años, que como el peso se ha devaluado, aun
duplicando esa cantidad se gasta menos que la inversión que está haciendo hoy
el gobierno a través de Interior y Policía, el Ministerio de Defensa, la
Policía Nacional y una serie de instituciones civiles y militares, y sin
embargo no pueden frenar la delincuencia que arropa al país.
Causa de la
violencia
Para el dirigente político, la falta de circulante, el
desempleo y las pocas oportunidades,
entre otros factores, contribuyen a que amplios sectores poblacionales se
sientan desesperados y que ahí comienza hacer caldo de cultivo la violencia que
se expresa de múltiples maneras.
“Aquí el que tiene una pistola o un revolver con todas
las de la Ley, está sentenciado a muerte, no importa que sea civil o militar
porque esto en la práctica se está mirando a diario”, indica.
Precisa que la delincuencia y la violencia son el
resultado de una situación social que se refleja en todo tipo de necesidad, en
impotencia y frustración.
“Es más hasta el feminicidio desaparece, porque esto
no es más que un problema de marido y mujer o de pareja. Por qué se asalta en
la calle, lo ilustro de esta manera, -el hombre sale en la mañana a ver si
encuentra una chiripa y no aparece nada, llega a las cinco de la tarde a su casa, cansado, con hambre y comienza la
mujer a pelear, los hijos a gritar ¡Oye cuando tu sale a la calle le da un
tallazo a cualquiera-, esa es la verdad”, expone.
Al mismo tiempo
recuerda “Este programa resolvió un gran problema social en el país, lo que
pasa es que han querido desacreditarlo, alegando una supuesta corrupción, pero
déjame decirte que cuando yo entré al PLD, yo era rico y tuve la oportunidad de
robarme 500 millones de pesos, sin embargo no lo hice”, asegura.
Señala que el trabajo que se hizo abarcó todo el país
y que todo lo que se entregó está debidamente documentado, “Es más tengo en mi
poder un documento notarizado que se lo puedo mostrar a cualquiera”.
Narra que
cuando arrancó el proyecto le dieron instrucciones de que al Partido Reformista
le entregara un nómina y cuando descubrió unos meses después que ésta no se
estaba usando adecuadamente se la retiró y devolvió a la Secretaría
Administrativa de la Presidencia más de 90 millones de pesos en cheques, los
cuales pudo haber usado en su provecho y no lo hizo.
Ante la grave situación de hechos delictivos y
violentos que acontecen en el país, Luis Ynchausti insta al gobierno de su
partido, el de la Liberación Dominicana a volver a los principios de Juan Bosch,
quien creó esa organización política pensando en el colectivismo, no en el
individualismo, como ocurre hoy.
“Si queremos salvar el PLD, tenemos que crear las
condiciones de beneficio colectivo para la sociedad; debemos hacer conciencia
de que hay que mejorar las condiciones de vida de la gente, pero no como han
hecho muchos, que se han individualizado para hacerse de dinero y solo piensan
en ellos”, se quejó.
Entiende que si esa organización sigue permitiendo que
se desangre la nación, no solo perderá el poder, sino que la historia se lo
cobrará con creces.
Por ORLANDO ARIAS
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