México, 17 abr (EFE).- El escritor colombiano Gabriel García
Márquez ha muerto hoy, según informaron fuentes de la familia a medios locales.
Las informaciones difundidas por medios como Televisa indican
que el premio nobel murió en su casa del sur de la capital mexicana, acompañado
de parte de su familiares.
En las cercanías de la vivienda hay especiales medidas de
seguridad, mientras están llegando numerosos periodistas para seguir de cerca
los hechos.
El narrador y periodista colombiano, ganador del Nobel en
1982, fue el creador de obras clásicas como 'Cien años de soledad', 'El amor en
los tiempos del cólera', 'El coronel no tiene quien le escriba', 'El otoño del
patriarca' y 'Crónica de una muerte anunciada'.
Nació en Aracataca el 6 de marzo de 1927 y fue el artífice de
un territorio eterno llamado Macondo donde conviven imaginación, realidad,
mito, sueño y deseo.
Con él la literatura abrió rutas maravillosas. Fue uno de los
protagonistas del 'boom' de la novela hispanoamericana.
Santos confirma fallecimiento de García Márquez, "el más
grande colombiano"
Bogotá, 17 abr (EFE).- El presidente colombiano, Juan Manuel
Santos, confirmó hoy la muerte del Nobel Gabriel García Márquez, ocurrida en
Ciudad de México a los 87 años de edad.
"Mil años de soledad y tristeza por la muerte del más
grande colombiano de todos los tiempos. Solidaridad y condolencias a la
familia", escribió el presidente en su cuenta de Twitter. EFE
El periodismo, compañero de viaje de Gabriel García Márquez
Bogotá, 17 abr (EFE).- Escritor de cuentos, novelas, guiones
y hasta boleros frustrados, Gabriel García Márquez viajó siempre acompañado por
su instinto de periodista de raza, con el lapicero a mano y la capacidad de
observación de un lince.
Aunque parezca de fábula, el universo que evocó el escritor
colombiano era real. Cada historia y cada vivencia pasaban por el tamiz de su
ojo de periodista porque estaba convencido de que "la crónica es la novela
de la realidad".
El idilio del genio colombiano con la literatura y el
periodismo nació casi al mismo tiempo, cuando apenas iniciaba su formación en
Bogotá, lejos de su tierra caribeña y en una ciudad gris que marcó sus primeros
pasos con el "Bogotazo", como se conocen los disturbios que derivaron
del asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán.
Alrededor de ese hecho histórico comenzó su carrera con los
primeros cuentos publicados en prensa. "La tercera resignación" abrió
la veda en El Espectador en 1948, y luego como reportero siguió buscando la
comunión entre la literatura y el periodismo en dos ciudades de su Caribe
natal: Cartagena y Barranquilla.
En el mismo diario bogotano publicaría en 1955 en 14 entregas
un reportaje emblemático: "Relato de un náufrago".
En ese entonces el futuro Premio Nobel de Literatura de 1982
era apodado "Trapo loco", vestía coloridas camisas y dormía en
pensiones de mala muerte con los bajos salarios que recibía en El Universal de
Cartagena y El Heraldo de Barranquilla, pero nunca faltaron libros que leer ni
botellas de ron blanco que apurar con sus amigos intelectuales.
En esos prolíficos años devoró a William Faulkner, Ernest
Hemingway, Virginia Woolf y a John Dos Passos, forjó una afición enfermiza por
el cine, conoció a su íntimo amigo y compatriota Álvaro Mutis, y además formó
parte del "Grupo de Barranquilla", que por poco no llegó a ser
generación literaria.
No sería esa primera vez en que el "hijo del
telegrafista" se sacrificaba por el periodismo, pues la penuria marcó su
etapa como corresponsal en Europa, cuando con una libreta recorrió el
continente en plena Guerra Fría y en una buhardilla de París aromatizada por
coliflor cocida trataba de vender sus reportajes.
Su manejo de ese "género estrella" fue reconocido
por su colega polaco Ryszard Kapucinski, toda una autoridad, quien afirmó que
"su gran mérito (de García Márquez) consiste en demostrar que el gran reportaje
es también gran literatura".
Después de desmontar el socialismo real en la serie de
reportajes "Noventa días en la cortina de hierro", que publicó la
revista colombiana Cromos, uno de sus amigos de la época parisina, su
compatriota Plinio Apuleyo Mendoza, le rescató y se lo llevó a escribir a
Caracas para las revistas venezolanas "Momento", "Elite" y
"Venezuela Gráfica".
En medio de ese retorno al Caribe viajó a La Habana con
Mendoza para conocer de primera mano el efecto de la recién estrenada revolución
de Fidel Castro, lo que le abrió las puertas como corresponsal de la agencia
cubana Prensa Latina en Bogotá y Nueva York, un periodo que concluyó en medio
de las tensiones por la invasión de Bahía de Cochinos.
Entonces decidió buscar a Mutis en México, y acompañado por
su familia y enormes fajos de manuscritos de sus grandes novelas inició un
camino errante a través de los Estados Unidos de Faulkner que acabó en la
floreciente Ciudad de México, donde quiso probar suerte en el cine, pero tuvo
que recurrir al periodismo para sobrevivir hasta que llegó su hora de oro
literaria con "Cien años de soledad".
Y sin firmar, dirigió durante dos años las revistas "La
familia" y "Sucesos para todos", el inicio de sus aventuras
editoriales que después, ya convertido en una figura de la literatura, le
llevarían en 1974 a crear la publicación de izquierda Alternativa, con Enrique
Santos, hermano del actual presidente de Colombia.
Aunque ese proyecto murió pronto, García Márquez no cejó en
su empeño y en 1998 compró la revista Cambio, que vendería en 2006 a la Casa
Editorial El Tiempo.
Como lo afirmara en la asamblea anual de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) de 1996, "el periodismo es una pasión
insaciable que sólo puede digerirse y humanizarse por su confrontación
descarnada con la realidad".
Para esa época ya había puesto en marcha en Cartagena su
proyecto docente alrededor de la Fundación de Nuevo Periodismo Iberoamericano
(FNPI) para "inventar otra vez el viejo modo" de aprender el oficio
sin grabadoras ni comillas pero con ética y compromiso social, como fue su
obra.
En los últimos años han surgido homenajes a la figura de
periodista del Nobel, como la antología de textos "Gabo, periodista"
o la creación en 2013 de los "Premios Gabriel García Márquez"
otorgados por la FNPI en un intento por rescatar a la profesión.
García Márquez nunca se trepó a la cima de la fama ni se
quitó la camisa de reportero.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario